La licantropía es la transformación de un hombre o una mujer en lobo, bien por medios mágicos, para permitirles disfrutar del sabor de la carne humana, bien por sentencia de los dioses, para castigar algún delito grave". Ésta es la definición popular. En realidad se trata de una forma de locura, como se puede comprobar en la mayoría de los manicomios.
Entre los antiguos, esta clase de demencia recibía los nombres de "licantropía", "kuantropía" o "boantropía", porque quienes la padecían creían transformarse en lobos, perros o vacas, si bien, la forma de lobo en el norte de Europa y la de hiena en África, eran las preferidas. Ya en algunos fragmentos hallados de textos antiguos griegos -como el de Marcelo Sidetes-, se aseguraba que esta locura atacaba a los hombres sobre todo a principio de cada año, y se volvían más violentos en febrero; se retiraban por las noches a cementerios solitarios y vivían exactamente como perros y lobos.
Según estos escritos, cabe señalar que el principal lugar de la licantropía es Arcadia -"País de los Osos", un pueblo pastoril situado en el centro del Peloponeso griego-, y se ha sugerido muy verosímilmente que la causa podría atribuirse a la siguiente circunstancia: los naturales eran un pueblo de pastores, y sin duda sufrían frecuentes ataques y depredaciones de los lobos.
Establecieron un sacrificio para conseguir la liberación de esa plaga y protección para sus rebaños. Este sacrificio consistía en la ofrenda de un niño, y fue instituido por Licaón -rey mitológico de Arcadia, transformado en lobo por Zeus-. Debido a que el sacrificio era humano, y dada la particularidad del nombre de su creador, surgió el mito. Aún así, la historia está demasiado extendida como para que le atribuyamos un origen accidental, o una fuente local.
Medio mundo cree, o creía, en los hombres lobo, y quienes nunca habían tenido ni siquiera una remota relación con Arcadia pensaban que vagaban por los bosques de Noruega; probablemente la superstición había arraigado profundamente entre los escandinavos y teutones años antes de la existencia de Licaón
Entre los antiguos, esta clase de demencia recibía los nombres de "licantropía", "kuantropía" o "boantropía", porque quienes la padecían creían transformarse en lobos, perros o vacas, si bien, la forma de lobo en el norte de Europa y la de hiena en África, eran las preferidas. Ya en algunos fragmentos hallados de textos antiguos griegos -como el de Marcelo Sidetes-, se aseguraba que esta locura atacaba a los hombres sobre todo a principio de cada año, y se volvían más violentos en febrero; se retiraban por las noches a cementerios solitarios y vivían exactamente como perros y lobos.
Según estos escritos, cabe señalar que el principal lugar de la licantropía es Arcadia -"País de los Osos", un pueblo pastoril situado en el centro del Peloponeso griego-, y se ha sugerido muy verosímilmente que la causa podría atribuirse a la siguiente circunstancia: los naturales eran un pueblo de pastores, y sin duda sufrían frecuentes ataques y depredaciones de los lobos.
Establecieron un sacrificio para conseguir la liberación de esa plaga y protección para sus rebaños. Este sacrificio consistía en la ofrenda de un niño, y fue instituido por Licaón -rey mitológico de Arcadia, transformado en lobo por Zeus-. Debido a que el sacrificio era humano, y dada la particularidad del nombre de su creador, surgió el mito. Aún así, la historia está demasiado extendida como para que le atribuyamos un origen accidental, o una fuente local.
Medio mundo cree, o creía, en los hombres lobo, y quienes nunca habían tenido ni siquiera una remota relación con Arcadia pensaban que vagaban por los bosques de Noruega; probablemente la superstición había arraigado profundamente entre los escandinavos y teutones años antes de la existencia de Licaón
No hay comentarios:
Publicar un comentario